Nuestras fincas se encuentran en Arjonilla, Jaén, en pleno Valle del Guadalquivir, una tierra con siglos de tradición olivarera.
Aquí cultivamos nuestros olivos con una idea clara: respetar la tierra hoy para que siga viva mañana.
Practicamos la agroecología, un modelo alternativo a la agricultura industrial que combina el conocimiento tradicional con prácticas respetuosas con el entorno.
Agroecología y compromiso
Apostamos por:
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La calidad frente a la cantidad
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El respeto al suelo y a los ciclos naturales
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El cuidado del entorno social que hace posible nuestro trabajo
Contamos con certificación ecológica oficial y fomentamos un modelo de producción responsable y circular.
Reutilizamos subproductos de la aceituna, junto con estiércol y hoja de olivo, para elaborar nuestro propio compost natural, devolviendo a la tierra lo que nos da.
Tradición familiar
Somos herederos de una larga tradición agrícola transmitida de generación en generación.
Ese conocimiento, unido al control total del cultivo y la elaboración, nos permite crear aceites con identidad propia, fieles a su origen.
Un trabajo paciente, honesto y profundamente ligado a nuestra tierra.
De la aceituna al aceite, sin atajos.
